¿A qué jugamos con unas cuantas telas? Pues... Podemos extenderlas en el suelo, componer un cuadro de colores con ellas, descalzarnos y disfrutar de su tacto, o caminar con cuidado para ver si nos acercamos a alguien sin que nos oiga. El caso es que pasamos un buen rato, en las fotos hay pruebas irrefutables.
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